Sabemos que la autoestima es un concepto que cada uno tiene de su propia valía. Esta se cimienta en todos los aspectos de una persona, como pensamientos, sensaciones y experiencias que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida y sobre las que hemos creado una idea de si nos gustamos o no, si somos más o menos listos o si merecemos o no un amor ajeno.

 

Este juicio que creamos de nosotros mismos puede inclinarse hacia la positividad, o, por el contrario, hacia una visión incómoda y negativa. Sin embargo, esto no es una cuestión biológica o hereditaria, sino que se adquiere de una manera social, valorando nuestros actos o comportamientos e interiorizando lo que el resto dictamina con su opinión. Cabe destacar que aceptarse y quererse a uno mismo no depende de los demás, es un trabajo personal y absolutamente ajeno a opiniones externas. 

 

En este artículo te contamos que tipo de autoestimas existen y cómo mantenerla positiva: 

  • Autoestima alta y estable 

Hablamos de personas seguras de sí mismas, que tienen gran confianza en sus aptitudes y vive de una manera despreocupada, pues confía plenamente en su criterio para afrontar las situaciones. Es capaz de defender sus argumentos pero también de escuchar los ajenos sin sentirse atacada. 

  • Autoestima alta e inestable

A pesar de tratar de personas seguras, estas son incapaces de permanecer constantes en ese estado. En este caso, las opiniones o circunstancias externas condicionan su comportamiento y seguridad, esta es la razón por la que muchos de los que padecen esta autoestima se esconden bajo la superioridad, ya que de esta manera preservan esa alta autoestima a cualquier precio.

  • Autoestima baja y estable: 

Nos encontramos ante un carácter indeciso y ciertamente temeroso. Esta autoestima tiene tendencia a cuadros depresivos o ansiosos, puesto que poseen una visión tan pesimista de ellos mismos que sus logros personales se los atribuyen a la casualidad o el destino. Los factores externos, para bien o para mal, no alteran su baja estima. Esta tipología suele considerarse avocada al fracaso.

  • Autoestima baja e inestable

La sensibilidad, variabilidad o inestabilidad reinan en esta autoestima. Estructura su vida en torno a lo que sucede externamente. Cuando experimenta un éxito, su autoestima sube (sin llegar a ser alta) pero conforme desciende esa sensación, también su autoestima.

  • Autoestima Inflada: 

Esta autoestima no es que se aprecie, es que se adora. Desprenden un aura de prepotencia en la que no escatiman en alabar sus propios logros y virtudes considerando que su opinión y consideración está por encima del resto. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, pues lo que reside realmente es inseguridad y una baja autoestima que si ellos no remarca, nadie hará por ellos.

 

En último término, desde Scala queremos hacer hincapié en la importancia de mantener una autoestima Saludable, para lo que te dejamos algunos consejos: 

  1. Evita pensamientos destructivos hacia tu persona
  2. Acepta tus errores para poder mejorar las áreas en las que fallas
  3. Intenta crear una conciencia de tus defectos y cualidades para encontrar la mejor versión de ti mismo
  4. Trata de realizar actividades que te mantengan sano mentalmente
  5. Siéntete orgulloso de ti mismo y de todo lo que eres.