Sientes que en tu relación son todo problemas, que vives en una montaña rusa de rupturas y reconciliaciones. Que quieres dejar a esa persona, pero cada vez que lo intentas te ves arrastrado de nuevo a la culpa. Que cuando te separas de tu pareja te inundan las dudas, la ansiedad y el miedo.
Si te sientes identificado con esto, puede que tengas dependencia emocional.
Pero… ¿Qué es la dependencia emocional?
La dependencia emocional se trata de una vinculación afectiva con la otra persona que no es funcional. Es decir, resulta excesiva.
Cuando hablamos de relaciones funcionales, hablamos de vínculos y afectos sanos. Y, la dependencia emocional no es uno de ellos.
Cuando existe dependencia emocional, estamos ante una serie de conductas dañinas hacia el otro miembro de la pareja. Una relación funcional, sería aquella en la que disfrutamos de la compañía de la otra persona, pero también del tiempo separados.
En otras palabras, tenemos hábitos, rutinas, hobbies, amistades… más allá de nuestra relación. En una situación de dependencia emocional se siente ansiedad, soledad, miedo… cuando estamos en otro tipo de entorno, en uno lejos de esa persona.
Y, ¿de dónde surge la dependencia emocional?
Cada caso es único, cada persona es diferente. Pero, a nivel general, podemos diferenciar varias causas: apego inseguro, baja autoestima, dinámicas poco sanas…
Lo que sí es común a todos los casos, es que la dependencia emocional hace que dejemos de vivir para nosotros mismos. Nos lleva a una situación de estrés constante. Vamos que, comenzamos a vivir para la otra persona, desestabilizándonos con sus actos.
Por eso, en este post te contamos 5 señales que pueden ayudarte a detectar si estás en una relación con dependencia emocional. Y, si es así, en Scala te animamos a pedir ayuda profesional. Esto te ayudará a salir de un bucle de inestabilidad emocional, rupturas, malestares, ansiedad…
5 señales de que tienes dependencia emocional
Dejas de poner el foco en ti, tu relación siempre va primero.
Tu relación es lo primero en tu vida, incluso por encima de ti. Antepones las necesidades de tu pareja por encima de las tuyas. Dejas de lado a tu entorno por estar con él o ella. Incluso, cambias tus gustos y comportamientos por los de él. Poco a poco, dejas de reconocerte. Ahora dudas de qué te gusta a ti o de qué quieres hacer en cada momento. Cuando te lo planteas, la otra persona viene primero a tu cabeza. En vez de pensar, ¿qué necesito en este momento? O, ¿qué me apetece? Piensas, pero ¿querrá hacerlo el/ella?, ¿se sentirá enfadado/a si tomo esta decisión?
Sientes mucha angustia cada vez que hay un conflicto.
Tu relación es una montaña rusa en la que vais de conflicto en conflicto y de reconciliación en reconciliación. Chocáis a menudo y sientes mucha frustración. Sin embargo, cada vez que esto pasa, huyes del conflicto. Apartas tu enfado y te responsabilizas de la situación. Pides disculpas antes de dejar paso a la comunicación sobre lo que ha pasado. Sientes mucho miedo de que ese conflicto pueda llevar a una ruptura. Si expresas lo que piensas o necesitas, la otra persona se enfadará tanto que te dejará.
Sientes una necesidad de control hacia la otra persona.
Necesitas saber qué está haciendo, qué piensa o con quién habla. Necesitas saber cómo está en cada momento, qué quiere, qué siente. Sientes que, si no lo sabes, esa persona creerá que no le quieres. Sientes que, si no tienes el control, le perderás.
La culpa es una emoción rutinaria en tu vida.
Cada vez que hay un conflicto te sientes responsable. Te sientes culpable por tus emociones, por enfadarte, por huir el conflicto, por sentir que no puedes más. Si esa persona no está contenta, sientes que es por ti. Tienes una gran carga encima.
Te da pánico la soledad.
Sientes que, si esa persona sale de tu vida, te quedarás sin nadie. Y la idea de no tener a nadie te paraliza, te da pánico. Pero, incluso en tu relación, te sientes abandonado/a.
Como ves, estas señales no son nada sanas. Porque la dependencia no es experimentar más amor. La dependencia es la base sobre la que se construye una relación con dinámicas dañinas. Pero, si te sientes identificado con lo que has leído, no sientas culpa. Es un proceso muy complejo y, lo más importante, es darse cuenta. A menudo, interiorizamos comportamientos tóxicos, nos acostumbrados a estas dinámicas… y no sabemos cómo salir de ellas. Es completamente normal.
Por eso, si sientes que tienes este tipo de relación con tu pareja. Lo mejor es cuidarte, aprender a salir de ello. Y, para eso, están los profesionales. Un psicólogo creará un ambiente de respeto y confianza. Uno donde te escuchará sin juzgarte y te dará herramientas para salir de esto. Si crees que puedes tener dependencia emocional, ¡Acude a consulta! Allí, te enseñaremos cómo vincularte de manera sana.