¿Qué es la asertividad?

La asertividad se define como la capacidad que tenemos las personas para transmitir a los demás nuestras posturas, opiniones, creencias o sentimientos de manera eficaz y sin sentirse incómodo. Es la capacidad que tenemos de defender nuestros derechos, sin dejarnos manipular de nadie y sin manipular a los demás. Saber controlar esta capacidad en nuestro día a día hace que nuestras relaciones sociales sean mejores y prosperen de forma más sana.

El problema viene cuando nosotros mismos no somos capaces de controlar esta capacidad. Cuando esto sucede tendemos a caer en enfrentamientos actuando de forma agresiva o de forma pasiva, las cuales son conductas ineficaces a la hora de una discusión o de dar nuestra opinión sobre un tema en concreto.

Utilizar estas formas de comunicación pueden generar a la larga problemas en tus relaciones, por eso es muy bueno identificar este problema en nosotros mismos y saber cómo mejorar nuestra asertividad.

Técnica de la pregunta asertiva

Si te encuentras en medio de una discusión y te sientes criticado por la otra persona, esta técnica puede ayudarte a salir del paso evitando el contraataque, la negación, el juicio, la justificación a la que estamos tan acostumbrados y la tan ansiada búsqueda de que nos den la razón. La base de la pregunta asertiva es contestar a nuestro receptor con una pregunta que pone en positivo lo que se está discutiendo, generando así un espacio de diálogo y de deseo de comprensión y de ponernos en su lugar.

Podemos verlo en el siguiente ejemplo:

A: Nunca me escuchas cuando te hablo

B: ¿Podrías decirme que crees que podría hacer para que no volviera a ocurrir?

Técnica del disco rayado

Esta técnica te ayudará a mantener tu punto de vista o tu opinión en el centro y que sea imperturbable, identificando cuando tu interlocutor quiere llevar la conversación a su terreno. Para llevarla a cabo, es fundamental que puedas aprender a mantenerte tranquilo en todo momento, sin elevar la voz y sin enfadarte ni frustrarte.

Consiste en redirigir la conservación en todo momento a lo que quieres explicar y a tu argumento. Para ello tienes que tenerlo muy claro desde un primer momento y saber lo que quieres exponer. Para realizar esta reconducción puedes contar con muletillas como “Sí, pero yo estaba diciendo…”, de este modo podrás escuchar lo que la otra persona quiere decir, pero sin perder de vista tu opinión.

De este modo no dejarás que tu interlocutor lleve la conservación por donde quiere y te podrás mantener firme en tu discurso, sin cambiar el tono de voz y haciendo valer tu punto de vista.

Técnica del aplazamiento asertivo

Cuando sientas que estás a punto de perder el control, tanto de la situación como de ti mismo, esta técnica es la más recomendable. Si no estás siendo capaz de mantener un tono de voz moderado o vas a comenzar a actuar de forma agresiva, lo mejor es aplicar esta técnica y aplazar la discusión.

De este modo ganarás tiempo para volver a tranquilizarte y ordenar tus ideas en la mente. Esto te ayudará a poder responder a la otra persona un tiempo más tarde estando calmado y poder actuar de forma inteligente y competente.